Puro cuento, pura letra

Una parada en el espacio globalizatorio

Patricio Matute
                                         9,9,2011

Caminando por la ciudad, porque el sol permitía mitigar el frío de setiembre, el transeúnte color oficina desemboca en atmósferas cuasi ajenas a su diaria realidad. Es que ese mal del siglo, llamado "síndrome del edificio enfermo"(1) en él es latente, fresco, real, cual liencillo crudo, cada mañana, tarde y parte de la noche, dibuja las marañas y los síntomas del síndrome que lo aniquila lentamente. Es el vivo ejemplo de la civilización en crisis, con poco espacio de tiempo para nutrirse del arte y la cultura, para realizar actividad deportiva, para disfrutar de la naturaleza...que vida, un esclavo de la posmodernidad, adicto a su ordenador, a su celular, a la Tv, comiendo "chatarra" e injiriendo tazas de café todo el santo día.

¡Vá, caminar mejor bajo este sol!, y gestionar algunos asuntos en el centro histórico, visitar varios amigos, comer por ahí, y "matar el tiempo"...pensaba, mientras el río lo acompaña desde el susurro noble del agua, todavía limpia, y de fondo, un centro arqueológico, lleno de plantas nativas que recuerda la memoria viva de los que poblaron estas tierras hace milenios, pero que cada día se ven reflejados en los rostros, en la forma de hablar, en la comida, en el arte, de la gente del inguinario cotidiano.


Tocte, fruto del nogal una delicia en Cuenca

Después de sortear la creciente polución y la aceleración de muchos autos que no respetan señales, ni peatones (2), llega hasta su objetivo, gestiona,  y decide bajar por una calle peatonal, poco utilizada, a su paso se encuentra con algo curioso que de pronto activa una alarma memorística de aviso: la niñez. Es un tocte -fruto del nogal-,  lo va pateando calle abajo, hasta que lo recoge, le limpia la corteza negra y rememora: el tocte con panela y mote, una delicia culinaria de mi ciudad, que poco se ve.

Cuando llega al centro de la ciudad, en el atrio de una iglesia una señora apurada vende fundas con 50 centavos de delicados, unos panes chiquititos, hechos con harina de trigo, panela, horneados y con gragea, eso es otro toque a la memoria de la niñez. Se acuerda que los compraba en los recreos, o a la salida de la escuela, sin antes jugar un futbolín (fútbol de mesa), y tomar un jugo de tamarindo. Dos veces el tiempo se detuvo en mi, bueno son las sorpresas gratas de vivir, la dialéctica de volver, ir, y volver.


Delicado, hecho con harina de trigo y panela


Pero cuando llega donde los "mashis" otavaleños: amigos otavaleños (3) escucha el rasgueo de mandolina y guitarra, es un sanjuanito piensa, y efectivamente los amigos están tocando cerca de sus puestos de trabajo en la Plaza de San Francisco, mientras venden sus chompas de lana, sus gorras, sus bufandas, sus artesanías, es decir lo que hace todo otavaleño en el mundo: tocar música y vender artesanías, ser buenas gentes, amigables y reír mucho (4).

De pronto asoma otro músico de la ciudad de Cañar y se une al grupo, pide la mandolina e interpreta canciones que están colgadas en el tiempo-espacio: capishcas, tonadas, albazos (5), pasillos, cantan en ese instrumento. Tercer retorno...piensa.

Por un momento, el tiempo ha quedado suspendido en medio de la globalización del siglo XXI, de la era de la Internet y la mundialización de la cultura. Esa es su ciudad, aún manteniendo las identidades para ser diferentes, pluriculturales, y solidarios.

Uno de los "mashis" comenta que el "chino", otro otavaleño esta muy bien en Asia, ahí tocando duro la música étnica. Yo me voy la próxima semana para Alemania, me quedo tres meses, cuenta. Volvemos a la globalización y a la movilidad humana, signos de este tiempo que no podemos evitarlos.


El Chino, tercero desde la izquierda en Asia, interpretando los vientos andinos junto a unos compañeros Otavaleños músicos


Entonces se despide de ellos y les dice: será de encontrarse para rememorar el futuro, después de tres meses, y los "mashis" con asombro ríen, mientras venden una gorra para los fríos andinos de setiembre.


Alemania


!Ya sabes!: tupa mashi, repiten con las más grande calidez, comienza el retorno.

NOTAS:
1. Sequedad nasal y ocular, presión de garganta, dificultad de concentración, dolores de cabeza. Boletín de Noticias Comfia - Info Resumen diario. El síndrome de la oficina enferma.
2. En el año 2003 había casi 837 millones de vehículos en todo el mundo, incluyendo motocicletas, lo que equivale a 133 vehículos a motor por cada mil habitantes, o un vehículo por cada 7 personas y media.
3. Los Otavaleños son parte de las diásporas ecuatorianas, junto a los "Cañaris" y "Saraguros" (estos últimos en España e Italia) constituyen parte del hecho migratorio, más significativo de Ecuador. A pesar de eso mantienen o sincretizan sus formas culturales, hablan muchos idiomas, estudian y comercializan las artesanías como parte de la expresión de su cosmovisión.
4. Solo en Nueva York, Estados Unidos hay más de dos millones de ecuatorianos, entre legales e ilegales, lo que representa una cifra muy alta con relación a ciudades intermedias del Ecuador. Realmente la ciudad más densamente poblada no estaría en el mismo país.
5. Ritmos musicales del mestizaje cultural del Ecuador con raíces originarias y europeas. Muy poco interpretados y difundidos por la creciente globalización económica y mundialización de la cultura única.



Acarreando sentimientos… 
                        Carlos "Cacho" Bacacela  

Te traigo flores regadas
con el agua de tus besos.
Te traigo besos regados
con el agua de mis cantos.

Te traigo cantos regados
con el agua de mis sueños,
Mis sueños me riegan cual agua
brotando  de tu vida,
la mía, la nuestra.

Te traigo mi vida regada
con toda el agua dulce del mundo
para ahogar la muerte.


Y te traigo el sol para bañar mis flores,
para que tus besos canten
y nuestras voces no se callen.


(No te traigo la luna, porque ella tiene que arrullar los sueños de todos).





Destructurante cero
Patricio Matute García 
Ecuador
2, 8, 2011

 

Absorto corre el riesgo mínimo
en el camino, un epitafio dormido
ruta acortada
sociedad abrupta
¿reconocerse en otro?, así: ¡imposible!

Sombreros de metal caminan
aregan, vivan, cuestionan:
derechos de natura
no más basura

Manos, voces, pensamientos rurales: limpios
Al contrario, desinterés de urbania:
vanidad, egoísmo, comodidad


Tierra, agua, bosque aire: allá
auto, mall, perfume desaire: acá


Arcaizante "Nobleza obliga":
sociedad de la decadencia a la máxima potencia
crisis civilizatoria
democracia reprobatoria
estructurante en cero
capital del despojo
salvajismo de la barbarie
oscurantismo por acumulación
disimulo  prófugo
del líquido modernismo
en las manos: ahora
mañana: ¿... ?


Metamañana:
oxigenarnos de dignidad
permitirle a la tierra respirar
aguarnos de esperanza
quemar los arcaicos paradigmas


Tierra, agua, aire, fuego
de la magia del salvaje- consciente



Sueños en el viento
María Eugenia  Ordóñez 
Argentina
 
12, 7,2011

Ella sueña con los ojos abiertos,

le cuenta a las nubes todos sus secretos.

Misterios que guarda el silencio,

sutiles recuerdos estremecen su cuerpo.


Ella sueña siempre el mismo sueño,

sublime deseo de volar a su cielo.

Una sonrisa ilumina su rostro,

suspira y susurra sus sueños al viento.


Ella recuerda el calor de su mirada,

su alma libre y sus sentimientos.

La misma palabra en los labios

estremecidos por el mismo silencio.


Como nubes que recorren laderas

ella se pierde en la inmensidad del cielo.

Ya no hay tiempo, ni distancia.

Etérea, despliega sus alas al viento.


Así comienza su vuelo sin tiempo,

hacia el abismo de sueños y silencios.

Naufragando en los sentimientos.

Susurrando misterios y secretos.

Cantando suavemente  al oído
de quien: siempre sueña su sueño….



La luz vaga
Pachy Matute

02, 07,11


A mis amigos mayores que mantienen viva la memoria de la ciudad con sus cuentos, cuentas y cantos


Apenas se podía ver, y seguía con el tintineo del lápiz en el blanco papel, eran ya las seis de la tarde, y en invierno la noche sorprendía a veces antes de esa hora mágica. De súbito dejó los enseres, y corrió debajo del floripondio. ¡Ufff!, me atracé media hora, pero aquí estoy. Respiró todo lo profundo del aire del tiempo entre la tarde-noche, y en minutos se entregó a la luz vaga de los ojos entreabiertos entre los ensoñares y los soñares.

Solo dormitaba, y escuchaba de lejos rumores, cuchicheos, pláticas. Cada vez que le ponía oreja, ya podía vislumbrar de que se trataba. Primero escuchó a su abuela decir: vendrán a visitarme ingratos; después escuchó al hermano: portaraste bien, y aprovecharás el tiempo de cosecha para los buenos augurios; por último se coló una vocecilla inquieta que repetía mil veces: ve, atrevete a viajar, allí esta tú felicidad. Entonces se dió cuenta que esa no era, ni su familia, ni se tratraba de uno de sus fantasmas de las seis de la tarde, y despertó, nuevamente, de súbito para despejar la incógnita que a esa hora ya estaba en fase de ecuación de tercer grado.

Miró por la ventana, miró entre las puertas, miró debajo de las camas, miró en los guardarropas, miró en las alacenas, en los cajones, en los rincones de las telarañas, en los huecos de los ratones, en la madera comida por las termitas, hasta en los zurcidos calcetines, pero no vió nada, sin embargo pudo percibir un ligero olor a floripondio en toda la casa, le parecía raro, pero el rastro lo dejó esa vocecilla conciencial.

Emprendió la busqueda del centro oloroso con nariz agudizada, primero, claro, lo más lógico, en el jardín, nada. El baño, el cuarto de estudiar, la sala, el comedor, la buhardilla, la bodega de cosas nuevas recién envejecidas, el enorme patio trasero, toda la casa, nada. En las otras casas, a las vecinas sonrientes, a los rostros de los padres aletargados, buscó en los canales de la televisón nacional, en los canales de cable, en la Internet, en  las estaciones de radio, en el I Pod, en el I Pad, hasta en  su conciencia y el horizonte de su mente, y nada

Cuando estaba por vencerle el cansancio, encontró el centro oloroso, en el poste de luz, cercano a los cables, entonces pensó que esa  presencia, se fue para el cielo, pero antes, dio un salto, pasó por el poste, y regó la fragancia liquida del floripondio.

Que cosas, ahora los fantasmas, las presencias, los aparecidos, también necesitan de la magia del floripondio, pensó. Parece que el rictus y las horas mágicas se pierden en el tiempo y para encontrarlas apelamos a la  arqueología de la identidad perdida entre varios seres  que aun creemos en la utopía, reflexionó, mientras sorbía un café negro y el último cigarrillo nocturno, antes de emprender el viaje para vivir en la vida de sus soñares y ensoñares


 
AfirmaSIones
Carlos Bacacela


Deserto de estas calles humeantes de miseria,
y me afirmo en el quinde
en su aleteo tenaz de guitarra,
en su vuelo de niño curioso.

Deserto de las falsas rosas
y me afirmo en la lluvia de las acacias,
en las carcajadas de los ríos,
en los abrazos del viento.
Deserto de los regalos
y me afirmo en tus caricias,
en tu sinceridad de gorrión
amante de cielo.

Deserto del hollín que opaca el día
y me afirmo en la luz de la madre,
en los hijos que tropezándose en su alegría
corren por tocar el sol de sus abrazos.


Deserto del ruido que enmudece a la verdad
y me afirmo en las voces,
que obligan al silencio
a confesar las mentiras.


Deserto de este presente, asfixiante homicida
y me afirmo en las canciones
 que preñan de alba al porvenir.


                            










  
Muerta la vida...si se calla el cantor
Pachy Matute
9, julio, 2011


"Soy un vagabundo, pero de primera clase"
FACUNDO CABRAL

Facundo Cabral acaba de ser asesinado a balazos en una pista de Guatemala, mientras en un vehículo, junto a su representante y la seguridad, iban rumbo al Aeropuerto de La Aurora en Antigua. Había llegado a entregar su música en varios conciertos y el último fue en la ciudad de Quetzaltenango.



Consternados los funcionarios de gobierno, entre ellos el presidente de Guatemala, Alvaro Collon, declaraba que el caso debe ser esclarecido. Rigoberta Menchú, no pudo contener su indignación al haber asesinado así al "Mensajero de la Paz", otorgamiento que le fue dado a Facundo por la UNESCO por su constante lucha para frenar todo tipo de guerra e impunidad.

                                          


Gravó 700 canciones, en 27 idiomas, sus discos tenían una leyenda particular: la música es de todos, y es de nadie, fue el que primero pregonó el copy left (derechos libres de autor) para no engordar a los sellos disqueros internacionales. Músico, escritor y profundo pensador contemporáneo, dedicaba muchas horas, muchos meses, a la meditación y al descubrimiento de la conciencia profunda. Pero no era un pacifista dormido, más bien recorría el mundo, guitarra en mano, marchaba, asistía a talleres, foros, grababa videos, discos, escribía, leía, estudiaba, todo un personaje que estaba enterado de todo lo que iba en contra de la paz en el mundo.



Entre sus anécdotas cuenta que cantó en Jerusalem, su canción insigne: "No soy de aquí, no soy de allá", justamente cuando Jesús cumplía años. Este tema lo gravaron muchos cantautores en todo el mundo.

Universalizó la milonga argentina desde la tesitura de la poesía musicalizada, expresión propia del gaucho y de sus compañeros de ruta como Horacio Guaraní, Aldo Monge, Mercedes Sosa, Víctor Heredia, Carlos Portela, a ellos los llevaba siempre en sus expresiones musicales. Pero fue más allá, criticó el sistema económico capitalista, el egoísmo, la barbarie, el exajerado consumismo, la comodidad, y sobre todo la guerra, desde la creación poética de vanguardia. Luego muchos trovadores en el mundo, hicieron carne y casi que se formó una escuela Facundo Cabral de hacer poesía musicalizada, una radiografía de la realidad, no solo de América, sino del mundo y de la humanidad en crisis.




Muere Facundo y se va el mejor contador de historias musicalizadas, el filósofo de las cosas más simples, el escritor-periodista que entrevistó a grandes personalidades, el trotamundo que a los ochos de edad, se encontró en una ciudad de Argentina con un vagabundo, que en palabras de Facundo, le hizo descubrir a Dios.




Deja el mundo físico a los 74 años, después de haber visto su primera luz en una localidad cercana a Buenos Aires, Argentina, haber recorrido el mundo, beber los mejores vinos, tener las mujeres más hermosas, a veces sin un centavo en el bolsillo, pero con la magia de su sabiduría, de su palabra contada y cantada.




Decía con su estentórea voz en los conciertos: Soy seguidor del viejo Withman que enunciaba: //Me canto y me celebro, me celebro y me canto, porque cuando te canto y te celebro, me celebro y me canto// 




De él nos quedó esa figura, guitarra al hombro y mochila, la primera vez creo que lo vi fue en una ciudad de Colombia, allá por el 80, luego en Quito, varias ciudades. Era un encantador de la palabra, lo mismo cuando cantaba, que cuando contaba los innumerables viajes, las aventuras amorosas, o las visitas a los presidentes, o a los lideres mundiales, pero también como era la gente y la solidaridad reinante entre los más pobres de los pobres Comprendí entonces que se puede hacer antropologia desde los ojos de la gente, desde el mejor escenario del universo: la calle, que lo dice todo. Por eso desde hace muchos años camino, junto a mis compañeros, por las ciudades del mundo expresando la música y la cultura de Latinoamérica como lo hacía el Facundo.




De él nos quedó, la voz, la guitarra, el mensaje, la mágica palabra, el canto, la armónica y la reencarnación musical en León Giego; Silvio Rodríguez; Alejandro Filio; Jaime Guevara; Wilson Bacacela; Pablo Sempertegui; Estevan Jara; Paulo Freire; Choquilla Durán; Fernando Chávez, El taita Ulises Freire; Carlos Bacacela; Pablo Arciniegas; Freddy Ortega; el Suco Barzallo...trovadores del, para y con el pueblo.




 Sí, ya eres de aquí, ya eres de allá, eres del mundo,
Facundo trotamundos de la música
nato embajador, sin sello, ni pasaporte azul.